domingo, 19 de julio de 2009

Una voz de libertad

El domingo es muy esperado en el Buen Pastor. Porque ese día, las reclusas se apropian del micrófono para contar sus historias en el ciclo de radioteatro “Casos y cosas de la vida”, transmitido hasta recientemente por Radio Viva.

Ramona y Esperanza son dos reclusas amigas que no tienen a nadie más. Esperanza está embarazada y a Ramona, su hija y su esposo la abandonaron cuando ella entró a la cárcel. El día en que Ramona salió en libertad, Esperanza moría durante el parto. Pero el destino le tenía preparada una nueva oportunidad a Ramona, pues es ella quien se queda encargada de criar a la hija de su querida amiga.

Suena como el argumento de una telenovela, pero en realidad, ésta es la historia de “Olor a lluvia”, uno de los capítulos que integra “Casos y cosas de la vida”, proyecto de radioteatro a cargo de El Estudio, el Centro Cultural de España Juan de Salazar y Radio Viva.

La diferencia con la novela de la tarde es que tanto ésta, como las demás historias, no son ficticias, sino que parten de situaciones vividas por las mujeres que se encuentran recluidas en el Buen Pastor, y que son contadas por ellas mismas.

El fin de este proyecto, en palabras del director del emprendimiento, Agustín Núñez, es humanizar la visión que se tiene de las personas que se encuentran privadas de su libertad, y brindarles herramientas que faciliten su reinserción a la sociedad. Todas las historias, si bien crudas por los reales, además de denunciar buscan mostrar el lado positivo, donde entran los sentimientos, de la terrible experiencia que significa estar presa.

La grabación del programa es sólo parte de las actividades de la jornada dominical, que empieza con un poco de baile, ejercicios de improvisación y hasta un poco de expresión corporal, para luego formar dinámicas donde las mujeres cuentan situaciones vividas, que más tarde serán dramatizadas, y para finalizar, cada una cuenta algo bueno que le haya sucedido esa semana. Mientras tanto, un grupo va a la pequeña cabina de radio que se encuentra en la prisión para grabar un capítulo. “Buscamos que la cárcel les sirva para recuperar las expresiones artísticas”, nos dice Agustín.

Pero el trabajo no termina ahí. Los miércoles a la noche, Elsy Vera, Pilar Ortiz, Diego Mongelós, Ada Estigarribia, Ana Ivanova Villagra, Alicia Arce, Juan Rolón, Claudia Scavone y Alfredo Lezcano, se reúnen para compartir la radioteatralización de las historias escuchadas y ultimar detalles de las grabaciones pasadas. Para ellos, esta experiencia significó un ida y vuelta de aprendizajes.

Por otra parte,”las chicas”, como las llama el grupo, les agradecen, no sólo la posibilidad de ser escuchadas desde afuera, sino sobre todo, la oportunidad de oírse a ellas mismas, e identificarse como compañeras. “Las chicas de teatro somos un grupo acá adentro, y cuando hay alguna presentación, siempre nos llaman a nosotras… Esta experiencia nos hizo más unidas”, comenta una de ellas. A lo que agrega que una de sus luchas es que los hombres también puedan acceder a un canal de expresión parecido.

Este proyecto de radioteatro forma parte de otro mucho más grande, que se inició hace un par de años con un taller de dramaturgia en el que se trabajó con gente de la noche (travestis, prostitutas y taxi boys), y culminó con la presentación de la obra “Brillo de luna”. Luego, se realizó otro taller similar, pero con gente trabajadora de la calle. Y el año pasado, trasladaron la iniciativa al Buen Pastor. En una primera parte, presentaron la obra “Ilusiones” en el predio del reclusorio, buscando “dar voz a los que no la tienen”. Pero luego, este equipo se planteó cómo podía hacer salir el mensaje y llegó a ésto que les contamos hoy, que fue transmitido por más de 60 emisoras comunitarias de todo el país.

El proyecto de radioteatro ha finalizado, pero las voces quedan y siguen esperando por más emprendimientos de este tipo. Por su parte, este grupo de jóvenes teatristas seguirá trabajando por una sociedad más justa y equitativa, en esta ocasión, llevando teatro a la Chacarita. Un ejemplo para imitar, y definitivamente, un proyecto a apoyar.

(Artículo publicado en la edición de Julio 2008 de la Revista VOS, y como prólogo del libro "Casos y cosas de la vida")

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