miércoles, 15 de julio de 2009

La Secreta, sin secretos


Llego al apartamento de Mike Cardozo, y me recibe con el buen humor que la caracteriza su mujer Clara Franco (humorista), quien me hace pasar al estudio de grabación y me pide disculpas por el desorden. Después de un rato, aparece Mike con su hijo, Eligio, y me explica que el bebé nos va acompañar durante la entrevista porque su mamá (Clara) tiene que salir a hacer unas compras. En eso llega Sergio “Banana” Pereira, quien se sienta, toma la guitarra, toca algunas notas y empieza a discutir con Mike; pero una discusión que deja entrever la química que hay en esta dupla.

¿Siempre discuten así?
Mike: No discutimos, al contrario, celebramos las diferencias. Personalmente creo que con actitud positiva uno encuentra el lado ideal donde las diferencias se manifiestan a favor del equipo.
Banana: Pero somos opuestos en todo.

¿Esa diversidad influye en la gran variedad de ritmos que se escucha en sus temas?
M: Sí, hay muchos ritmos. Aunque Banana y yo comenzamos el grupo, supimos rodearnos de músicos excelentes. Hay dos personas que contribuyeron estilísticamente: Ariel Burgos, el primer bajista de la banda, y Alejo Jiménez. Ariel es jazzista…
B: Pero tira mucho al folklore. Estudió mucho jazz pero sus raíces son folklóricas y se nota cuando toca.
M: Antes de pasar al contrabajo clásico –de música clásica-, él había recorrido todo un camino de rock y jazz. Por el otro lado Alejo Jiménez se dedicó al flamenco, que no es común entre los músicos modernos, pero aparte, se tomó el tiempo de estudiar los ritmos sudamericanos. Banana es rockero, tiene un registro de voz rockero. Así, una amalgama de cosas que con orden y paciencia hicimos que parezca algo, que a la vez no se parezca a nada y se parezca a todo.

¿Y las influencias de músicos internacionales?
M.: Uno como músico siempre está robando. Yo soy un ladrón profesional, porque no dejo huellas donde entro. Charly García, Luis Alberto del Paraná, Fito Paéz… las influencias entran de todas partes, se mezclan en una olla y salen comoLa Secreta. Lo importante es que nos ocupamos de juntarnos con buenos músicos. Pero estamos abiertos, yo quiero experimentar. Nuestro estilo no está todavía definido, nuestro sonido no es el ideal, y en caso de que lo encontremos…
B.: Vamos a cambiar otra vez.

¿Cómo empieza La Secreta?
B.: Mike me llamó y dijo ‘vení vamos a cantar unas polcas… hay mucha m... en el medio’. No esperábamos que iba a llegar a tanta gente, aunque apuntábamos a un público bien diversificado. Pero bueno, Salió bien. Sacamos ‘Gratis Es Más Rico’, el primer disco, que grabamos en el estudio de Mike y, humildemente, salió mucho más picho que un material grabado en otro estudio. Fue algo alucinante y le gustó a la gente porque se notaba que había ganas de hacer algo.

Comparando, ¿qué tal fue la experiencia con ‘Alma de Cuero’?
B: Eso fue en el 2005. Fuimos con Willy Szucher y laburamos en este material que fue muy diferente del primero. Salió, pero no como queríamos. Claro, eso la gente no sabe. Ahora queremos grabar el tercero…

¿Ya tiene nombre?
B.: ‘Valle’ y, si Dios quiere, va a salir en los primeros meses del año que viene.
M.: Este siguiente disco vamos a volver a grabarlo nosotros nomás. No queremos que haya ningún intermediario entre la música que hacemos y la gente… Por eso vamos a volver a recurrir a la técnica under que usamos en nuestro primer disco, que fue regalar. A nosotros no nos importa que para el mercado –sagrado para estas sociedades- el disco valga diez dólares, si para nosotros vale un dólar es un dólar y nadie nos va a atajar. Esa es la independencia que hoy se puede lograr con la tecnología. Esa experiencia de autodifusión nos resultó mucho más satisfactoria que entrar en el mercado, léase lo que yo estoy haciendo ahora como trabajador de los medios.

¿Para ustedes lo más importante es sentirse bien?
M: Lo interesante para alguien que quiere ser “artista” es hacerlo. Hacerlo bien, que llegue a la gente y que signifique algo… trascendente.
B: Pero es cierto, porque al fin y al cabo para ser artista tenés que hacer arte, es un trabajo digno que dejás para la gente, es un legado.
M: Hoy día nadie quiere tener el compromiso de pensar ni de asumir responsabilidades. Vos salís a la calle y ves el precio que se paga por eso. El paraguayo se está cag… a sí mismo. Eso sólo con educación se puede revertir porque… yo lo digo (risas).
B: Ese es un mal que viene de hace muchísimo, sólo que ahora va empeorando. Hay mucha gente que trabaja bien, pero no son masivos. Nosotros tuvimos la suerte de ser masivos.

¿A qué se debe ese éxito?
M: Gracias a un equilibrio. El éxito que hizo que muchísima gente nos conozca es el tema “Jodete’, que si bien es un tema con una intención altruista, se vale de muchísimas malas palabras. Literalmente, es una puteada para plantear la idea de que al final de cuentas cuando te morís no tenés nada más que lo que diste como persona. Las palabras más allá de su contexto altruista fueron bien recibidas porque esta es una sociedad adicta a la violencia y al sexo, por la guasada, más allá de todo el contenido. Hay una rabia que se vale de las groserías y las malas palabras para expresarse. Pero para nosotros esa canción fue un momento nomás. El camino por el que llegamos a la gente fue el peor de los caminos.
B: Pero también está la otra parte, que son las canciones poéticas como ‘Soldado (del divague)’, que le gustan a otros sector aunque minoritario.

¿Qué buscan ustedes con su trabajo?
M: Chick Corea decía “cuando hacés una música tenés que saber a quién te estás dirigiendo”. En mi caso, yo quería escribir música para la gente a la que le gusta leer, le gusta pensar pero que a la vez sean temas accesibles, jocosos.

En este estudio hay un montón de libros, ¿qué les gusta leer?
M: Me gusta mucho la historia paraguaya y ahora ando leyendo mucho de cine: Chaplin, Woody Allen, y la historia del jazz. Pero hay de todo, yo leo de todo: me encanta Carl Sagan; Foucault; hay una biografía de Mozart; ‘El Padrino’ de Mario Puzzo leí veinte veces, y ‘Cien Años de Soledad’, que este año recién leí, no pude creer, con este libro me desconecté de la realidad como pocas veces este año.
B: A mí me gusta leer los caminos de la vida nomás, a mí no me gusta leer nada. Me parece una pérdida de tiempo, me parece que el día a día que uno pasa es más productivo. Está bien, todo el mundo puede leer, es bueno, pero yo no puedo, no me gusta.
M: Banana no es de mucho leer, entonces trata de justificarse diciendo que leer no pega. Para él no pega pero leer es muy recomendable, para todas las edades
B: Es un ejercicio, pero a mí no me gusta leer, honestamente.

¿Cómo ven la situación para los músicos en el país?
M: La cosa está difícil a nivel música. Yo creo que ocupamos un lugar privilegiado porque no hacemos música para tontos y, sin embargo, podemos trabajar. Ese es un equilibrio muy arriesgado y muy difícil que tiende a dificultarse.

Una visión bastante pesimista…
B: Es un momento difícil, los perros estamos tensionados, nos despertamos bajoneados porque vemos lo que pasa, lo que hacemos y lo que la gente prefiere y consume, y te da rabia y te bajonea, pero a la vez te pone las pilas y sirve para que reaccionemos. Yo soy optimista,, yo creo que el momento va a llegar, hay que seguir laburando.
M: Yo soy bastante pesimista pero creo en el trabajo. Creo que si algo nos va a liberar va a ser nuestro trabajo. Sentarme a plaguearme o a llorar no va a solucionar nada, la forma de solucionar es trabajando.

¿La clave es el trabajo antes que el talento?
M: Acá hay mucha gente que no tiene mucho talento pero que logró cosas importantes. La disciplina está sobre todo. Hay un estigma de que el artista talentoso es un loco, irresponsable, desgreñado; tipo Dalí, tipo Mozart, tipo Charly Parker… pero eso es una gran mentira. Tanto Charly Parker, como Dalí y Mozart trabajaron muchísimo. Para ser un buen músico, artista, hay mucha soledad, mucha disciplina, mucho trabajo y mucho análisis de lo que los demás hicieron antes que vos.

¿Qué aportó La Secreta al rock nacional?
B: La Secreta es un grito nuevo de la cultura regional, no quiero decir paraguaya, porque no hay fronteras, en la música que hacemos hay influencia argentina con la chacarera, está la bossa nova de la parte brasilera, está la salsa de Cuba… Eso hace que se cree un lenguaje nuevo: diferentes estilos, diferentes gustos musicales en uno. ¿Quién dice que el día de mañana, dentro de treinta años, no haya un personaje en otro lado que diga: ‘Lo que hizo La Secretaen Paraguay’, así como nosotros decimos ‘Lo que hizo (Tom) Jobin’? Creemos que lo que nosotros hacemos tiene ese ímpetu, esas ganas y ese talento.

(Entrevista realizada en setiembre de 2007)

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